Cuando nos encontramos en el proceso de búsqueda de empleo como diseñador gráfico o artista visual es muy habitual encontrarnos con ofertas en las que «trabajar bajo presión» se encuentra en la lista de requisitos que debe cumplir el futuro empleado.
Personalmente hace tiempo que renuncio este tipo de empleo. El motivo pudiera percibirse por una baja motivación, que ya no me entusiasma la profesión como al principio, o simple dejadez, pero no tiene nada que ver con el trabajo en sí, más bien con alcanzar una calidad de vida que consiga mantener en equilibrio todas sus facetas.
Es bien conocido el sacrificio que muchas agencias de publicidad exigen a sus empleados, una exigencia que muchas veces viene de serie, por el mero hecho de trabajar en el área de la publicidad, el marketing, o como artista visual. En los últimos tiempos es bien conocido el abuso laboral que sufren los equipos durante el desarrollo de videojuegos, en muchas ocasiones se ha llegado incluso a consumir sustancias para mejorar la productividad o con la excusa de ser más creativos.
«Trabajar bajo pasión, no bajo presión.»
La decisión de elegir empleos con estas características tan exigentes depende de que perspectivas tenga cada uno. Cuando somos jóvenes quizás no tengamos tan en cuenta este ritmo, porque podemos con cualquier cosa que nos echen y tenemos energía suficiente como parar un tren. Pero en algún momento tendremos que tomar la decisión de seguir el mismo ritmo, aunque perjudique nuestra salud, u optar por un ritmo que con el paso del tiempo nuestro cuerpo y mente agradecerán.
¿Qué implica el trabajo bajo presión?
Jornadas laborales interminables
Trabajar bajo presión en muchas empresas significa tener un «horario flexible» (nótese la ironía). Saber a que hora comienza tu jornada laboral pero no cuando acaba, incluso no tener tiempo ni para comer, todo por el trabajo.
Trabajar en 2-3 proyectos simultáneamente
Muchas de las empresas que necesitan personal que sepa trabajar bajo presión, también necesitan personal multidisciplinar, para que al mismo tiempo que esté desarrollando una imagen corporativa, maquete una plantilla en WordPress o realice una animación en After Effect.
Sacrificio familiar
Llevar un ritmo tan elevado significa no poder estar con tus familiares o seres queridos todo el tiempo que querrías. Quizás te preguntes… ¿Y tengo elección? Si, pero tendrás que tomar una decisión, renunciar a tu ambición profesional o renunciar a tus seres queridos. Existe una tercera alternativa: buscar o generar un empleo que te permita conciliar ambas facetas.
¿Está quedando obsoleto el trabajo bajo presión?
El trabajo bajo presión es un requisito que bajo mi punto de vista está quedando algo arcaico para los tiempos que corren y que irá desapareciendo con el paso del tiempo, al menos en lo que respecta al área creativa. ¿Y porqué? cada vez son más los estudios que demuestran que priorizar salud física y mental beneficia tanto al trabajador como al trabajo realizado. Las últimas evidencias que tenemos son del éxito de la semana laboral de 4 días que cada vez más empresas implantan en sus equipos.
Este concepto empieza a quedarse obsoleto para empresas y trabajadores que buscan posiciones que les permitan un equilibrio saludable entre vida personal y desarrollo profesional. Puntualmente es asumible trabajar bajo presión, pero si se convierte en la norma es que algo básico e importante falla en el departamento.
Cada vez son más las empresas que se posicionan más en el lado del trabajador, de las personas y crean un ambiente donde el trabajo bajo presión se convierta en trabajo bajo pasión. Por eso es tan importante que una marca tenga un propósito más allá del beneficio económico, un propósito que busque dar soluciones a los problemas que la sociedad se enfrenta día a día.
Un propósito que se alinee con el de sus empleados y remar juntos en la misma dirección y con la misma pasión. Por este motivo, el departamento de recursos humanos busca personal, además de cualificado, con los mismos valores de la marca, porque saben los enormes beneficios que reporta trabajar con pasión y sin presión.
Aún así seguirán existiendo empresarios que miren para otro lado y prefieran exprimir a sus empleados para conseguir un mayor beneficio económico, sabiendo que la demanda de empleo es mayor que la oferta y siempre tendrán empleados donde elegir. Pero que eso no te haga pensar que la conciliación del trabajo y la vida personal es una utopía o un privilegio para unos pocos.
Categoría/s: Opinión
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