Diseño y psicología van casi siempre de la mano. Las decisiones que tomamos en muchas áreas del diseño, se sostienen en función de los estudios que hasta el día de hoy tenemos sobre la psicología en el ser humano.
No es necesario trabajar en este oficio para darnos cuenta de la estrecha relación entre ambas profesiones. Emitimos juicios de valor en cuestión de segundos. Por eso es muy importante conseguir la mejor impresión en nuestro primer contacto con el usuario a través del producto digital.
Los primeros segundos del usuario son cruciales, no solo para resolver sus necesidades, sino para mejorar sus espectativas.
La primera experiencia de usuario con un producto digital se denomina Onboarding. Seguramente nunca tendremos más atención por parte del usuario. Este llega a nuestro producto buscando resolver una necesidad.
El «aterrizaje» y los primeros segundos (minutos, en el mejor de los casos) del usuario son cruciales, no solo para resolver sus necesidades, sino para mejorar sus espectativas y de esta forma conseguir hacernos un hueco en su lista de apps mejor valoradas, quizás no por el tiempo invertido en ella, sino porque supimos ofrecer una solución de una forma sencilla y agradable.
En esa primera experiencia de usuario debemos enseñarles las acciones más importantes de nuestro producto. Cuanto más rápidas y sencillas sean de aprender, menos dolorosa será la curva de aprendizaje y más dispuesto estará a seguir profundizando en él.
Requisitos para una experiencia onboarding de éxito
Haciendo referencia a la relación entre diseño y psicología que mencionamos al principio, el usuario seguramente siga el principio de Pareto, en el que un 80% de ellos solo usen el 20% de las herramientas que les proporcionemos, por lo que necesitaremos centrar ese 20% en el proceso Onboarding.
Podemos verlo de una forma más clara con un ejemplo sencillo. ¿Usas todas las herramientas que ofrece Adobe PDF? Seguramente la respuesta sea: NO.
¿Cómo alcanzar una buena experiencia onboarding?
- Genera confianza: elimina aquellos elementos que a primera vista puedan molestar al usuario.
- Acentúa lo importante: ¿Qué quieres que haga el usuario?
- Elimina barreras: ¿Qué quieres que no haga?
- Simplifica etapas: hazlo lo más sencillo posible, reduce los pasos necesarios ¿necesitas pedirle esa dato en este momento tan mágico?
Localiza esa tarea principal que usará el 80% de los usuarios. Guíalo para que lo haga, como puede repetirlo y los beneficios que consigue. Una vez que supere este primer paso, y hayamos resuelto la necesidad por la que nos elijió, el usuario estará dispuesto a descubrir el resto de funciones. Habremos ganado su confianza para utilizar otras funciones y reforzar la primera experiencia de usuario.
Esto se llama descubrimiento progresivo y hace que los productos digitales sean más fáciles de usar, reduciendo la carga cognitiva.
Tenemos que decidir qué acciones son las que definen un entendimiento del producto por parte del usuario, que vea el onboarding no es suficiente. Cada producto tiene las suyas, sólo tienes que encontrarlas y priorizarlas.
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Categoría/s: Diseño y desarrollo web
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